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Cuando nace tu hijo un cumulo de sentimientos se adueñan de tu corazón, unos sentimientos que nunca llegaste a pensar que sentirías y que casi son imposibles de explicar por mucho que te hayan contado y que solo llegas a entender cuando tienes por primera vez entre tus brazos a tu hijo. Ese primer momento en el que sostienes a tu hija y no sabías que existiera nada tan pequeño y delicado, y sientes el latir de su corazón y comprendes que no habrá nada el mundo que puedas querer más, y tu cuerpo se llena de emoción, felicidad, alegría, muchísimo amor, y sin duda alguna, gran responsabilidad, es indescriptible.

Haciendo un símil con el deporte que tanto me apasionada, el baloncesto, ser padre es el partido más difícil de nuestras vidas, ya que siempre tendremos en nuestras manos el balón de la última posesión del partido que nos dará el mayor título de todos, darles a nuestros hijos la educación y valores correctos que desgraciadamente en la sociedad que vivimos se desvirtúan con cada paso que damos o nos hacen dar.

Es un partido que durará toda nuestra vida, y cuyos pasos más importantes se dan en los primeros cuartos, durante su crecimiento, donde con la educación correcta, se convertirán en personas de provecho y dignas de admirar allí por donde vayan por su integridad. Pero no es un camino fácil como decía, la presión a la que nos sometemos nosotros mismos, los padres, en ocasiones es extrema: “¿lo estaré haciendo bien? ¿Me habré pasado con esa riña? ¿Se torcerá durante el proceso de crecimiento? ¿Tirarán por tierra todos mis esfuerzos las malas compañías?”... por no hablar de la presión, o mejor dicho, pulso al que nos someten nuestros hijos durante su etapa de crecimiento: con desobediencias, mentirijillas, egocentrismos, chantajes, etc… nos hacen reflexionar con nuestra pareja, mediante los oportunos tiempos muertos, de cuál es la táctica a seguir en cada situación o circunstancia que se producen en el día a día de nuestros hijos.

Decía que era el PARTIDO con mayúsculas, no estando exento de muchos entrenamientos, en los que tenemos que inculcarles cuales son los pasos adecuados que deben de ir dando hasta alcanzar la madurez. Esos entrenos están llenos de repeticiones, de muchísimas diría yo, para que vayan diferenciando el bien del mal, lo moral de lo inmoral, el respeto de la desconsideración, la educación de la descortesía, el compañerismo o amistad de la insolidaridad… muchos y muchos aspectos ‘tácticos’ a inculcar en muy poco tiempo, puesto que el tiempo siempre corre en tu contra, al volar este muy muy rápido.

El tiempo es el peor enemigo en este peregrinar hasta alcanzar la cima, es una ‘temporada’ corta llena de obstáculos masivos y/o nocivos sobre nuestros hijos que desde internet, televisión, redes sociales y demás se vierten sin ningún tipo de escrúpulos sin pensar el daño visceral que puede producir en un niño o adolescente difícilmente reparables. Y es ahí donde tenemos el principal filón, el peor enemigo de todos, aquel que te puede ganar una ‘Liga’ o una ‘Euroliga’ en un último suspiro, que te tira por tierra todos los entrenamientos y esfuerzos realizados por un mal ejemplo visto, leído o escuchado en una sociedad enfermiza de egocentrismo e intereses bastardillos en la que el fin justifica los medios sin con ello se ganan audiencias, infinidad de visitas o ‘simplemente’ se engaña a un menor con fines deplorables. De ahí que tengamos que realizar infinidad de ‘scoutings’ minuciosos y pormenorizados sobre lo que leen, escuchan o ven en pro de salvarles de acciones ilegales que en un futuro podrían llevarles a ser sancionados por un comité de competición muy riguroso.

Tampoco debemos dejar pasar por alto al mal compañero, ese que casi todo equipo tiene y que suele arrastrar al resto a una mala dinámica. Un ‘atacante’ difícilmente despojado de todo su ‘talento’ ante los ojos de nuestros hijos por aquello de ser el amigo y nosotros simplemente los padres, y que en muchas ocasiones nos hace replantearnos todas nuestras ‘tácticas’ y buscar otras nuevas a marchas forzadas, que demostraran si sabemos jugarnos los cuartos en los momentos calientes del encuentro. Caso este que requiere de mucha paciencia, saber estar y mucha charla psicológica y táctica.

Como decía al principio, ser padre es el partido más difícil de nuestra vida pero no por ello está exento de muchas satisfacciones, alegrías y felicidad si como buenos entrenadores sabemos guiar cada paso de nuestros hijos con paciencia, esmero, dedicación, entrega, saber escuchar, amor y hacerles ver que pase lo que pase y en cada error que cometan, nosotros estaremos ahí para tenderles siempre, contra viento y marea, un abrazo lleno de ternura, amor y cariño ya que las derrotas son meras lecciones que les da la vida para aprender y convertirse en grandes jugadores.

6 comments :

  1. Enorme Juanpe. Mucha suerte en esta nueva aventura y, sobre todo, para el partido que juegas día a día al frente de tu familia. Un abrazo.

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  2. ¡¡Yep, yep!!... Lo sabía, te lo dije que tarde o temprano volverías... Me alegro de verte escribir de nuevo. Lástina que he visto esto apenas unos minutos antes de salir de vacaciones y apenas tengo tiempo de ver lo que has hecho en el nuevo blog... Te llamo un día de estos de todas maneras.

    Un abrazo.

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    1. Cierto amigo, me lo dijiste socio!!! Será un placer charlar contigo largo y tendido
      Disfruta de las holidays socio!!!

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  3. Sinceramente por lo que me cuentas y lo que leo, se que eres y serás un gran padre en cada una de las etapas que te vayan tocando. El texto me ha encantado, pero espero que ese halo de proteccionismo y saber que van por el buen camino, no impida nunca que también vayan tomando sus decisiones. No te de miedo que tropiecen, también deben aprender a levantarse y seguir adelante, sin perder nunca la protección y educación de sus padres y sin dejar nunca de tener su "propia vida". Ahora es temprano aún pero con el tiempo querrán su espacio, tener sus decisiones e incluso discrepar con lo que digáis pero eso no siempre será algo malo. Eso si todo lo que hagáis ahora servirá para como serán en el futuro y estoy seguro que siempre admiraran a sus padres, incluso en los momentos de mayor enfado o disgusto.

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    1. Eso de ser buen padre diselo a mi mujer ^_^ jajajaja
      En cuanto al proteccionismo descuida que lo tenemos muy hablado y acorde a su edad le vamos o iremos dando su espacio.
      Tropezar es sinonimo de aprender en multitud de ocasiones, la cuestión es ayudarlas a levantarse y enseñarles no tropezar de nuevo.

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