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Raúl López, uno de los iconos de la época dorada del baloncesto español que el domingo cerró en el Dominion Bilbao Basket una etapa de 18 años profesional, ha asegurado que se siente "preparado para no volver a jugar al baloncesto" porque es algo que "tenía muy claro" desde que comenzó la actual temporada

"Saber que no volverás a jugar forma parte del proceso de cualquier jugador y llega un momento en el que hay que asumirlo", ha confesado el 'mago de Vic' en la rueda de prensa de despedida que ha ofrecido en el Bilbao Arena arropado por sus compañeros, cuerpo técnico y directivos del club vasco.

Antes de responder a las preguntas de los medios de comunicación, Raúl ha leído una carta "consensuada con un amigo" porque, ha confesado, si la hubiera escrito él "diría lo dejo, buenos días y buena suerte".


"Después de lo vivido el domingo todavía estoy aterrizando. Me siento un privilegiado. Tengo la sensación de que no he hecho nada para merecer tanto. He terminado en la ciudad y el equipo que quería", ha destacado.

El ya exjugador catalán ha señalado además que, recién cumplidos los 36 años, no se siente "mayor" y que ha tomado esta decisión "para mejorar" su vida.

"¿Qué voy a hacer ahora? No lo sé. Me gusta el baloncesto, es lo único que sé hacer. Me gustaría estar relacionado, pero después de tantos años lo que necesito es estar un tiempo tranquilo con mi familia y después buscar la mejor alternativa", ha apuntado Raúl, quien ha descartado que ese posible regreso sea como entrenador.

"No creo ni que pudiera ni que fuera un buen entrenador", ha añadido después de abordar un extenso capítulo de agradecimientos que ha iniciado por el Club Basquet Vic, en que se inició siendo un niño.

"A todos los técnicos que he tenido, sobre todo a Miquel Nolis, Sergio Scariolo, Alfred Julbe y Jerry Sloan. A los médicos, gracias a ellos he llegado a los 36 corriendo y no como me temía borrando las aceras, y a los compañeros: Alex (Mumbrú), Axel (Hervelle), Germán (Gabriel), Roger (Grimau), Roberto Núñez...", ha enumerado.

Se ha mostrado también muy agradecido de las innumerables "muestras de afecto" que ha recibido en las últimas semanas y del emotivo homenaje que recibió el pasado domingo por parte de la afición bilbaína después de jugar su último partido frente al CAI Zaragoza.

"Sigo pensando por qué me quieren tanto y no lo entiendo. Me paran por la calle y me dan las gracias y el que tendría que dar las gracias soy yo. Se me sigue haciendo extraño. Siempre pensaré que no he hecho tanto como para recibir tanto", ha confesado.

Por último, Raúl ha señalado que concluye esta etapa con "la sensación de haber pasado por todas las fases por las que puede pasar un jugador. Lo único que no me ha pasado nunca es que me hayan cortado, hubiera estado bien para tenerlo en el currículum. Me siento afortunado. He estado en grandes equipos, con grandes compañeros y esas lesiones me han permitido recuperarme y volver a jugar. Cualquier cosa que te puede pasar siendo jugador de baloncesto, la he pasado", ha concluido.




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