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Listas como estas habréis leído infinidad de veces en multitud de webs, y algo similar, aunque de muchísima mayor calidad y con grandes dosis de investigación. En esta lista no encontrareis datos estadísticos, sino más bien la opinión particular de este escribe sobre los que considero los mejores jugadores que mis ojos han llegado a ver en la NBA, o que a mí personalmente más me han calado.

Como todo es cuestión de gustos, a buen seguro que podría ser más que rebatida o criticada por no incluir a muchas de las rutilantes estrellas de la actual NBA. El porqué, fácil y sencillo, soy muy fan de la NBA de los 80 y 90, y poco de la actual liga estadounidense, donde a mi juicio la calidad ha decrecido bastante con respecto a las décadas mencionadas, pero no dejó de reconocer que también hay mucho talento en los LeBron, Durant, Rose etc etc etc, pero a día de hoy no han llegado a cautivarme como los jugadores que cito a continuación…


BASES 

Magic Johnson: Para muchos, el único capaz de discutirle a Jordan el cetro por ser el mejor jugador de todos los tiempos. Lo que si está clarísimo, es que es el mejor base de la historia de la NBA con una diferencia abrumadora. El estandarte del ‘Showtime’ de los Lakers de los 80 y principios de los 90, o más bien podría decirse que el ‘Showtime’ era él mismo, sin su presencia nunca hubiese existido ese calificativo para el juego desplegado por el conjunto californiano. 

John Stockton: La más clara demostración de que en este juego el aspecto mental es el factor fundamental para triunfar. Su físico no era el más idóneo para triunfar en una liga tan exigente como la NBA, pero suplía esa carencia con grandes dosis de inteligencia. Su cerebro procesaba la asistencia a la velocidad de un microprocesador informático. De largo el mayor asistente y máximo ‘ladrón’ de la historia de la NBA. 

Jason Kidd: Este jugador cumple a la perfección con la definición por antonomasia de playmaker: “hacer mejores a sus compañeros”. Su visión de juego es comparable a la de Stockton o el mismo Magic. Su excelsa carrera se ha visto culminada por la consecución del tan ansiado anillo.

ESCOLTAS



Michael Jordan: Dos definiciones simples. 1º) El mejor que ha existido y existirá sobre una cancha de baloncesto. 2º) Si en el diccionario existiera la palabra “jugador de baloncesto”, al lado aparecía una foto de Michael Jordan. 

Kobe Bryant: Entre los mejores jugadores de la actualidad sin discusión alguna. Su eterna comparación con ‘Dios Jordan’ le seguirá hasta el final de su carrera, y debido también a su obsesión con el número 23. Su curriculum e infinita calidad le sitúan entre los más grandes sin lugar dudas. 

Clyde Drexler: Si no llega a ser por un nombre, “Michael”, y un apellido, “Jordan”... hubiese sido reconocido como el mejor escolta de su época. Muy pocos tan completos como “The Glide”, rapidísimo en transición, gran capacidad atlética, gran 1x1 y buen defensor. Llegó a promediar casi 20 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias durante su carrera en la NBA. 

Drazen Petrovic: El gran genio de Sibenik le costó triunfar en la ‘verdadera’ NBA, pero cuando le dieron la oportunidad de demostrar su autentica valía, se situó entre los mejores escoltas de la liga con casi más de 20 puntos por encuentro. Para mí el mejor europeo de la historia sin discusión, para otros no, por el simple hecho de no haber ganado un anillo... pero ¿qué hubiera conseguido Drazen en la NBA de no haber ocurrido ese fatídico accidente que terminó con su vida? 


Joe Dumars: El asesino silencioso, y el menos ‘Bad Boy’ de aquellos Detroit Pistons. Uno de los mejores defensores de todos los tiempos, y no exento de una exquisita calidad técnica en ataque.

ALEROS 



Larry Bird: Difícil expresar en pocas líneas lo que significó tanto para sus Boston Celtics como para la propia NBA. Junto con Magic, el hombre que catapultó la imagen de la NBA hasta convertirla en lo que es hoy en día. ¿Qué hubiera sido de la NBA sin los duelos Bird vs Magic?. Bird fue uno de los jugadores más completos que han pisado una cancha, con una inteligencia para practicar este deporte fuera de lo común. 

Julius Erving: Fue el pionero del juego por encima del aro y fuente del inspiración del mismísimo Michael Jordan. La espectacularidad que se conoce hoy en día en el juego, se debe en gran parte a sus acciones casi mitológicas. Sin duda entre los mejores de la historia y una única pregunta ¿cuánto millones de dólares valdría hoy el Dr. J? 


Scottie Pippen: El eterno escudero de Jordan en los Bulls. Formó con Jordan, una de las mejores parejas exteriores de todos los tiempos de la NBA.  Jugador todoterreno, capaz de jugar en cualquier posición exterior e incluso como ala-pívot. Defensa, puntos, rebotes, asistencias, intangibles... todo lo que quieras y más para un jugador que nunca se le llegó a valorar en su justa medida, debido a la sombra tan alargada del ‘23’. 

Dominique Wilkins: Jugador con una potencia física brutal, más de un aro agradeció enormemente su retirada de las canchas, porque cuando hacía un “Tomahawk”  simplemente era bestial. Aunque en su época fue de los mejores aleros, no pasó a los anales de la historia por tener la desgracia de estar en un equipo digamos de segunda fila. 

James Worthy: El tercer espada, tras Magic y Jabbar, de aquellos maravillosos Lakers del Showtime. El precursor de aleros altos (2,06 cm) que corrían la cancha como un bajito. Lo mejor de este jugador era que cuando llegaban los momentos decisivos de la temporada, los playoffs, subía ostensiblemente sus prestaciones.

ALAPIVOTS 



Karl Malone: El cartero fue el prototipo de ideal del cuatro: altura, cualidades técnicas, fuerza física... Muchos llegan a decir que es el mejor cuatro de la historia, y otros que para llegar a ese status le falta el anillo. Lo cierto es que está entre los mejores, y que se retiró siendo el segundo máximo anotador de la historia de la NBA... ¿cuánto puntos le debe ‘El Cartero’ a Stockton?. 

Charles Barkley: El ‘Gordo’ reinventó la posición de 4 desde sus escasos 1,98 de altura. Su potencia física era brutal, capaz de hacer un coast to coast y acabarlo en mate, de jugar al poste, o tirar desde la línea de 6,75 con suma facilidad. Sus recursos ofensivos eran ilimitados, pero su ‘poca’ cabeza, le hizo no llegar al tan ansiado anillo de la NBA. 

Tim Duncan: Llegó a la NBA jugando de pívot, pero por exigencias del guión (David Robinson era el pívot de los Spurs), se reinventó desde la posición de 4. Sus movimientos son toda una ‘delicatessen’, gran tiro de media distancia y gran poder reboteador... Ningún reproche hacia su carrera, lo ha conseguido todo. 

Dennis Rodman: Ejemplo claro de que a través de los intangibles también se puede llegar a ser muy importante. ‘Solo’ destacaba en dos facetas, rebote y defensa, aspectos fundamentales para el juego. Pero en lo que realmente destacaba era en el ‘otro’ baloncesto, y es ahí donde podría decirse que será el mejor con diferencia. 

Dirk Nowitzki: El menos cuatro de todos los citados, su juego se asemeja más a un alero que a un ala-pívot. El juego del alemán es prácticamente imparable, capaz de jugar por dentro si su defensor tiene menos corpulencia, y en caso contrario, si parte con desventaja física, sacar a su par al perímetro para desde esa posición ser mortífero con un gran suspensión.

PIVOTS 



Kareem Abdul-Jabbar: ¿Quién no recuerda el “Sky Hook”? o ¿quién no ha oído hablar alguna vez de ese movimiento?... simplemente imparable ese gancho que le caracterizaba, y que a día de hoy ningún jugador ha sido capaz de ni tan siquiera imitar. La palabra para definirlo pura y llanamente sería ‘talento’ en estado puro. 

Sabonis: El Zar, con eso queda todo dicho. Un pívot que veía el juego como un base, que tenía la muñeca de un tirador, que jugaba de espaldas al aro como los ángeles, que intimidaba como nadie y que su sola presencia, al más puro estilo Cid Campeador, atemorizaba a sus rivales y llenaba de confianza y adrenalina a sus compañeros… Seguramente si las lesiones le hubiesen respetado, estaríamos hablando de uno de los tres mejores pívots de la historia del basket.

O´Neal: Hablar de ‘Shaq’ es hablar de potencia en su estado más álgido. En las cercanías del aro era simple imparable, devastador con su fuerza física.  Ha ganado todo lo habido y por haber. 

Olajuwon: El bailarín del Cotton Club, o ‘The Dream’. Sus movimientos de pies en el poste bajo simplemente eran indescriptibles... eran un sueño hecho realidad. Su elegancia y plasticidad, son las dos palabras que mejor definirían al prototipo de pívot perfecto.

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