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1.- Me gusta viajar porque me da la oportunidad de ver qué influencia he tenido en el mundo, no sólo en EEUU. Poder ver como se ha utilizado mi pasión en beneficio de otros es un placer.

2.- He jugado contra los reyes de este negocio: Magic llenaba las canchas con su sonrisa y asistencias, Barkley redefinió el puesto de ala-pívot botando, tirano de tres y corriendo los contragolpes, conocí a una fuerza de la naturaleza llamada Dominique Wilkins, y a Larry Bird, el tirador por excelencia. ¡He disfrutado tanto jugando contra todos ellos…!

3.- Cuando me retiré, en el 93, había perdido la pasión por el baloncesto. Volvería a tomar aquella decisión. Sin pasión, nada de lo que hice antes hubiera sido posible. El béisbol me ayudó a recuperar sensaciones, pero siempre supe que no estaba preparado para retirarme definitivamente, el instinto hacía que me subiera por las paredes en casa.

4.- He llegado hasta aquí siguiendo una pelota. Por el camino he encontrado gente que me ayudó mucho, como Doug Collins o Phil Jackson. Pero si hay una persona realmente culpable de lo que me ha pasado en la vida, ése es el coach Dean Smith. Él formó en North Carolina al jugador y al hombre que soy. Todo cuanto me ha ocurrido dentro y fuera de la cancha de baloncesto tiene que ver con Dean Smith de una u otra manera.

5.- Las Air Jordan no eran unas zapatillas, eran parte de mi cuerpo.

6.- Para llegar a la cima tienes que ser egoísta. Sólo cuando llegas a lo más alto puedes abrirte a los demás.

7.- Hoy en día el juego en la NBA es menos físico que en mi época, ahora se castiga mucho más el contacto. Si jugase ahora, los árbitros me protegerían mucho más e iría continuamente a la línea de tiros libres, con lo que podría haber llegado a los 100 puntos. ¿Recordáis a los Pistons? Laimbeer, Rodman, Salley… Esos sí que pegaban.

8.- Una vez un periodista me dijo: “Michael, esta noche no has podido llegar a los 40 puntos, ¿estás preocupado?”. Le mire y le contesté: “Es cierto, sólo anoté 38. Pero he dado 7 asistencias. Si sumas eso obtendrás 14 puntos más”. Siempre hay gente mezquina que sólo busca hacerte daño, tienes que vivir con ello.

9.- Hace unos años, me invitaron a un partido del Barça en el Camp Nou. Era cuando Ronaldinho estaba en su mejor momento. Me dijeron: “¿No te apetece verle jugar? Es el Michael Jordan del fútbol…”

10.- Aquello que dijo Larry Bird sobre mí (“Esta noche Dios se ha disfrazado de jugador de baloncesto”), fue brillante, desde luego, pero pocos recuerdan que los Celtics nos ganaron aquel partido tras dos prórrogas. Salí muy cabreado del pabellón.

11.- Charles Barkley es un gran tipo y un buen amigo, pero hay cosas sobre las que no estás autorizado a hablar si nunca has ganado un anillo de la NBA (refiriéndose a los comentarios hirientes que realizó Barkley en su faceta como comentarista tras el segundo regreso de Jordan a las pistas).

12.- Nunca he sido codicioso, pero me gusta que me paguen lo que valgo. Si hubiera querido hacer realmente dinero, podría haber forzado algunas situaciones mucho más. Pero sé de dónde vengo y el mundo en que vivo. Hoy en día veo a jugadores firmar contratos obscenos y olvidar rápidamente sus orígenes.

13.- A quien me hubiese gustado conocer es a Martin Luther King. A él sí que le habría pedido un autógrafo. Bueno, y a Mandela también, a ver si hay suerte…

14.- Quien dice que juega al límite es porque lo tiene.

15.- En mi primera temporada, antes de un partido ante Indiana, escuché como en el calentamiento Reggie Miller le decía a un periodista: “Ese chico, Jordan, es un bluff”. Aquello disparó mi orgullo y anoté 44 puntos. Ganamos y Reggie tuvo que tragarse sus palabras. Me encantó esa sensación.

16.- Formar parte del Dream Team en el 92 supuso una liberación. Aparqué aquello de “¿Qué hace Jordan?”, “¿Qué come Jordan”, “¿Dónde va Jordan?”. Allí todos éramos grandes estrellas. Y luego estaban los piques en los entrenamientos con Barkley, Drexler, Magic, Bird… Buenos tiempos, sin duda.

17.- Mi responsabilidad ha sido jugar al basket para entretener y aliviar de la tensión diaria a personas que trabajaban duro de 9 a 5. He tratado de hacerlo lo mejor posible. Y todo ese cuento de que tengo que ser un ejemplo para los demás es una chorrada. Soy una persona, con todos mis defectos.

18.- ¡Por supuesto que volaba! Al menos, una décima de segundo más que mis rivales.

19.- Sí, es cierto, tengo alrededor de 1.500 pares de zapatillas. Y sí, también me hago la manicura cada dos semanas. ¿Algún problema?

20.- No me convence nada ver juntos a LeBron, Wade y Bosh en Miami. Nunca se me pasó por la cabeza llamar a Larry (Bird) y Magic para decirles: “¿Nos juntamos en el mismo equipo?”. Honestamente, lo que yo trataba de hacer era vencer a esos tipos. Soy competitivo y prefiero jugar contra los mejores que con ellos.

21.- He fallado más de 16.000 tiros en mi carrera y he perdido casi 500 partidos. Sin embargo, jamás perdí la confianza en mi juego. Mi éxito ha sido no tener miedo al fracaso. Puedo aceptar fracasar en algo, pero no puedo aceptar no intentarlo.

22.- Mi padre me dijo una vez: “Cuando te encuentres frente a una pared tienes dos alternativas, saltarla o rodearla”. Nunca consideró la opción de darse la vuelta. Por eso nunca me rindo.

23.- En la universidad, jugaba con unas Adidas y entrenaba con mis viejas converse. Pero llegué a la NBA y Nike fue quien puso más empeño en ficharme. Seguro que alguien, en algún despacho, todavía está tirándose de los pelos.  

Artículo publicado en la revista ‘Esquire’ en febrero de 2011.

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