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Scott Skiles no era precisamente un base Top dentro del mundo NBA, más bien pasaba por un base correcto, pulcro y aseado que para un equipo modesto o sin grandes pretensiones era más que suficiente, como era el caso de los Orlando Magic antes de la llegada de Shaquille O´Neal.

Skiles (188 cm y 86 kilos) era un base lento que como defensor rozaba el aprobado siendo algo generosos, y que destacaba por su visión de juego. Esa virtud hizo que el 30 de diciembre de 1990 logrará asistir hasta en ¡30 ocasiones! a sus compañeros, añadiendo 22 puntos, 6 rebotes y 2 robos en la victoria de Orlando sobre Denver Nuggets por 155-116, en aquellos partidos épicos y legendarios de la mejor liga del mundo que hicieron que nos engancháramos a ella irremediablemente ante tanto aluvión de puntos y espectáculo.

Los Magic llegaron a aquel mítico partido con un desastroso registro de 7 victorias y 23 derrotas, bajo el liderazgo de Terry Catledge y Jerry Reynolds, jugadores semi desconocidos a día de hoy, y con un emergente Nick Anderson en su segunda temporada en la NBA. Sin embargo, entre algún que otro desconocido hubo un jugador que participó de manera muy activa en la victoria de Orlando, un gran ídolo de la afición del Unicaja, Mike Ansley (imborrable su triple que pudo dar la primera ACB al conjunto malagueño), que firmó dobles dígitos en puntos y rebotes con 13-13.

Después de aquella maravillosa actuación, y tantísimos años de por medio con innumerables bases sobresalientes en la liga, ninguno ha sido capaz de superar esa esplendorosa cifra de asistencias de Skiles y a día de hoy el bueno de Scott puede presumir de seguir ostentando el récord de asistencias en un partido de la NBA. 

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